No existen contenidos que
hagan que una comunidad converse, existen comunidades que necesitan
determinados contenidos para interactuar. Bajo esta premisa, para saber que
contenidos debemos dar a nuestra comunidad, el primer paso esta en determinar
como es dicha comunidad y ante que temas son más sensibles.
Es indudable que para que
nuestro contenido destaque dentro de la avalancha de información que existe en
internet, debe ser de valor. Pero ¿qué significa que nuestro contenido sea de
valor? Que sea producto de una mínima investigación, que se origine de una
experiencia previa, que sea oportuna y que exista coherencia entre los
intereses de la comunidad que lo va a recibir y dichos contenidos.
Cuando conduces el coche de
un amigo y necesitas repostar combustible, ¿probarías al azar entre diesel o
gasolina para ver si funciona? o ¿nos aseguramos antes, sobre el tipo de coche
que tenemos? Con las comunidades pasa lo mismo, no debemos proveerle de
cualquier contenido solo por ver si va o no va. Antes debemos ver sus
características.
Un alumno de gestión de
comunidades me comento que el probaba por que no encontraba la forma de
identificar los intereses de la comunidad que el gestionaba. Le conteste con la
siguiente pregunta ¿No fuiste tu quien convoco y creo esa comunidad? Se supone
que antes debiste definir como sería el perfil del miembro de esta comunidad,
entonces previamente si que sabemos sobre los intereses de la comunidad que
estamos creando.
Cuando existe incoherencia
entre los intereses de los miembros de nuestra comunidad y los contenidos que
les ofrecemos, se debe a dos factores: Hemos convocado a miembros que no nos
interesan (ocurre la mayoría de veces cuando hacemos sorteos sin ningún
criterio) y el segundo factor es que no somos capaces de generar contenidos de
valor para los miembros aunque si sabemos lo que necesitan (en este caso se
puede recurrir a profesionales).
Fuente: puromarketing.com
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